17 de Abril de 2018 82
Crecimiento del tenis de mesa femenino (I parte).
Las representantes argentinas tuvieron un muy buen desempeño en el Circuito Mundial de Paraguay: consiguieron seis de las ocho medallas para nuestro país.
En resumen: Manuela Pereyra, subcampeona en mini infantil y tercera en infantiles; Abril Iwasa, tercera en mini infantil y bronce en equipos (con Pilar Iwasa), y Florencia Chirino, tercera en infantiles, y plata por equipos (con Elea Hernández).
Aunque “sin euforia” -como dice Cristian Pereyra, papá de Manuela y entrenador de la Escuela Municipal de Catriel, en Río Negro-, el tenis de mesa femenino ha comenzado este 2018 con muy buenos resultados (en mayores, por ejemplo, con dos subcampeonatos en el Latinoamericano: equipos y dobles).
“Apuntamos a un crecimiento continuo y tenemos en claro que el camino es largo; la verdad, hace tiempo venimos entrenando con seriedad”, agrega Pereyra.
“Hay toda una movida, de hace un par de años, de darle un poquito más de atención en entrenar mujeres, de brindarles un espacio”, asegura Soledad Tenzi, entrenadora de Florencia Chirino, una de las grandes revelaciones del circuito nacional. Y en Mendoza, particularmente, se ha armado un grupo femenino. “Ese fue como el secreto: no importaba si eran grandes, si no eran tan buenas jugadoras, sino que la idea era incluir”, comenta.
“Y hoy en día a veces hay entrenamientos en los que, de seis mesas, cuatro están ocupadas por mujeres. Creo que a la larga, eso va a dar sus frutos”.
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